The Musician
The Musician, realizado principalmente por Henri-Louis Jaquet-Droz en 1774, es un autómata que toca cinco temas musicales diferentes. La música no proviene de una caja, sino del autómata, que pulsa las teclas de un verdadero órgano con sus dedos. The Musician presenta igualmente características antropomórficas como la respiración (el pecho que sube y baja), el movimiento de los ojos que siguen el juego de sus manos y los movimientos del torso como si fuera un verdadero organista. El conjunto de estos movimientos mecánicos participa en el realismo comportamental del autómata con respecto al ser humano, lo que amplifica el efecto de ilusión.